Con base en los aportes de la literatura actual sobre el desarrollo
infantil de la primera infancia, puede afirmarse que es un momento crucial en
la vida de las personas. Durante los primeros años se configuran las relaciones
emocionales y afectivas, el desarrollo neurológico y físico, la interacción con
el mundo exterior y los otros, la construcción de la identidad y el desarrollo
de la autonomía de las niñas y los niños. También es posible deducir de estos
estudios la importancia que tienen los adultos en la promoción de estos
aprendizajes. Su acompañamiento y ayuda resultan fundamentales para hacer de la
construcción de la subjetividad e identidad de niñas y niños un proceso
soportado en la protección y garantía de sus derechos.
De esta forma, las maestras, los maestros y los agentes educativos son
los encargados de favorecer el potencial de sus capacidades y, al mismo tiempo,
de generar mejores y mayores oportunidades para su desarrollo integral, en
consonancia con las características e intereses propios, de sus familias y
contextos.
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